Recuerdos

De niño, a la hora de dormir, trataba de estar completamente dentro de la cama. Que mis pies no salieran del cuadro. También trataba que todo mi cuerpo, a excepción de la cabeza estuviera cubierta con la sábana.
Cuando crecí un poco, me encorvaba levemente aunque fuera molesto para que mi cuerpo siguiera dentro de ese cuadro que me portegía. El punto de esto era que mis pies estuvieran cubiertos, que nadie me jalara de ellos.

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